Reino Unido se enfrenta al fantasma de otro asesino en serie. Stephen
Griffiths, un estudiante de criminología de 40 años, fue detenido el
miércoles como sospechoso de la muerte de una mujer de 36 años
desaparecida el viernes. La policía teme que haya matado a otras dos,
desaparecidas de la misma zona de Bradford (West Yorkshire, Norte de
Inglaterra) hace un mes y casi un año, respectivamente. Se trata de
Susan Rushworth, abuela y madre a los 43 años, y de Shelley Armitage, de
31 años. Otros tres crímenes no resueltos entre 1995 y 2001 podrían
reabrirse de nuevo por si tuvieran relación. Todas las mujeres
desaparecidas o asesinadas ejercían la prostitución.
Griffiths fue acusado formalmente de tres presuntos asesinatos. La
policía ya había confirmado que los restos humanos encontrados el martes
en el río Aire, cinco kilómetros al norte de Bradford, son los de
Suzanne Blamires, la mujer desaparecida el viernes. Y varios medios
aseguran que el asesinato de una mujer en el edificio en el que vive
Griffiths, muy cerca del barrio de prostitución de Bradford y del centro
de la ciudad, fue filmado por las cámaras de seguridad del edificio.
Según
esas informaciones, un guardia de seguridad descubrió el crimen el
lunes, al controlar rutinariamente las filmaciones del fin de semana. En
ellas se ve cómo un hombre golpea a una mujer hasta dejarla
inconsciente y luego desparece de la imagen. Vuelve poco después armado
con un ballesta que dispara contra la cabeza de la mujer y se lleva el
cuerpo. En otra filmación, el hombre aparece llevándose unas bolsas en
las que podría estar el cuerpo desmembrado de la víctima.
Varios
medios aseguran también que Stephen Griffiths, que usaba el seudónimo
Ven Pariah en Internet, compró una ballesta a través de Amazon. Graduado
en Psicología, Griffiths estaba siguiendo en la Universidad de Bradford
un curso de postgrado de tres años sobre Estudios de Justicia Criminal
Aplicada. Sea por sus estudios o por una fijación personal, su rastro en
Internet, en sus cuentas en Amazon y en páginas como Facebook, dan
cuenta de un gran interés por la vida de más de 50 asesinos en serie y
obras relacionadas con crímenes. Una serie de ocho DVDs sobre Criminales
Famosos o la obra Los asesinos en serie británicos más
sangrientos están en su lista de obras solicitadas. Entre las 160
fotos que había colgadas en su página figuraban terroristas y asesinos
sexuales.
En Facebook se presentaba como un hombre de 99 años. Un
día en que se sentía con un humor "diabólico" citó una frase del libro
de Ezequiel: "El camino del hombre recto está obstruido por todos
lados". La frase se utilizó en la famosa secuencia de una ejecución en
la película Pulp Fiction, de Quentin Tarantino.
Otras
frases, como "La humanidad no es una mera condición biológica. Es
también un estado mental. En base a eso yo soy como mucho un
pseudo-humano. Y como poco un demonio", dan cuenta también de una
personalidad cuando menos sospechosa. Sus vecinos le describen como un
solitario al que le gustaba pasearse con un largo abrigo de cuero negro y
gafas oscuras de montura redonda. Pasaba muchas horas en compañía de
las prostitutas del barrio, con las que parecía tener muy buena
relación.
Stephen Griffiths vivía sólo y según sus vecinos en su
casa criaba ratones con los que alimentaba a sus animales de compañía
favoritos: lagartos. "Tenía depresiones. Decía que se estaba sacando un
doctorado en Jack el Destripador. Y también decía que tenía una novia en
Shipley", ha contado un vecino al Yorkshire Post. Pero su caso
evoca más bien el de otro asesino famoso, Peter Sutcliffe, el
Destripador de Yorkshire, condenado en 1981 por el asesinato de 13
mujeres y el intento de asesinato de otras siete, la mayoría de ellas
prostitutas. Tres de ellas fueron asesinadas en Bradford.
También
recuerda a un caso mucho más reciente: el asesinato de cinco prostitutas
de Ipswich entre el 30 de octubre y el 10 de diciembre de 2006. Durante
semanas, las trabajadoras del sexo de esa ciudad del este de Inglaterra
vivieron atemorizadas y la policía confundida. Hasta que fue detenido
Steve Wright, de 48 años, condenado en 2008 por cinco asesinatos. Al
igual que Griffiths, Wright vivía muy cerca del barrio de la
prostitución.
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